lunes, 21 de noviembre de 2011

Mañanitas de niebla....



Cuando una mañana de riding suena el despertador es posible que me dé cierta pereza levantarme temprano para andar en bici. Es posible que además, ahora en otoño, esté nublado, con niebla, amenace lluvia e incluso pueda parecer un día triste y melancólico. Tal vez se me pase por la cabeza volver a dormir y despertarme mucho más tarde. Pero eso sólo dura un instante, de hecho en ese mismo instante se me ha olvidado. Porque en mi cabeza enseguida se agolpan los recuerdos de los días de bici en otoño, con el terreno bien tierno, el  rodar con la humedad de la mañana y pedalear tranquilamente por el bosque con los amigos, en el silencio del otoño. Mientras que me tomo el café de la mañana, pienso en esos momentos y en cómo voy a poder tumbar la bici en las curvas, con ese punto perfecto de humedad que tiene la tierra en otoño. Y es que la melancolía y la tristeza de un día así, vendría si no montara en bici