jueves, 4 de agosto de 2011

El verano mola

Rider: Guitarra
Spot: Motojet

Dicen que las bicis son para el verano, pero lo cierto es que es la época del año en que más intermitentemente cojo la bici. Los fines de semana se cargan de acontecimientos, en gran parte nocturnos, que hacen complicado el madrugón. El calor además aprieta, y tienes que quedar antes para evitar el patatús y el vómito. Y lo que es peor, las marmotas andan desperdigadas, cada uno con sus vacaciones particulares y no hay forma de coincidir. Además, el verano tiene ese punto de sequedad extrema que hace las salidas en bici bastante proclives al arrastrón marmotil. Es lo que viene a llamarse el tradicional restregón (no confundir con Reguetón) veraniego. A pesar de todos estos pesares, el verano mola. No sé qué tiene, pero despierta a tope mis endorfinas, o como se llame. Y gran parte de culpa la tiene el olor del bosque en esta época, un olor característico que además, acompaña al incesante sonido de las chicharras mientras ruedas entre los pinos. Si sales a un single track abierto en alta montaña, no hay nada que mole más que a pesar del calor, el airecito serrano ventile tu careto. Mola muchísimo parar en un riachuelo de montaña, bajarte de la bici y como si fueras un hobbit de la Comarca, sentarte junto al arroyo y meter los pies en el agua. Y es que aunque las bicis no es que sean precisamente para el verano.... ¡el verano mola!