sábado, 14 de mayo de 2011

Primavera en Soria.




La primavera tiene el encanto de crear situaciones climáticas radicalmente distintas en cuestión de horas. La magia de un viaje de amigos y bici reside en que la convivencia hace aflorar las mejores conversaciones y momentos de risas que nunca olvidas. El placer de un día de lluvia en primavera como el que tuvimos el sábado en Alcubilla de Avellaneda, está en el recogimiento con un grupo de amigos, con la compañía del calor de la chimenea y las cervezas. Y por supuesto, una vez más la primavera nos trajo su recompensa en forma de un domingo con un cielo completamente azul y un campo rebosante de vida.


Con nuestras bicis, cruzamos los montes sorianos que desde Alcubilla nos llevan al Cañón del Río Lobos, por rojizas y pegajosas tierras arcillosas, veredas con barro compacto pegado a nuestras ruedas y sendas entre pinos que cruzamos a toda velocidad.


La entrada a la vereda que bordea el Cañón es un delirio para los sentidos, donde el olor al campo húmedo, la sensación de velocidad en tus extremidades y el croar de las ranas en el río, hace que por un momento te sientas en una auténtica orgía sensorial. Las cervezas y risas después de esa travesía de 43 kilómetros son para dar gracias a la primavera, por darnos un regalo en forma de plenitud salvaje de la naturaleza. Y sobre todo, por rodearte de amigos que saben disfrutar de la vida y saborean los regalos que ésta nos hace.

No hay comentarios:

Publicar un comentario